JOYAS LITERARIAS
Historia - Julio Cortázar
Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de la calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.
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Publicado el 18 de agosto de 2016.
Rayuela 7 - Julio Cortázar
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
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Publicado el 18 de agosto de 2016.
Entrevista CEAL a Ernesto Sabato
Centro Editor de América Latina –CEAL- publicó, en el año 1982, la magnánima “Historia de la Literatura Argentina” en 6 volúmenes. Charlas de Literatura quiere compartir con todos sus queridos lectores algunas de las más relevantes entrevistas a literatos nacionales contenidos en el volumen 6 de la ya mencionada colección.
(...)
CEAL: ¿Cómo comenzó a escribir?
E. S: Desde chico tuve pasión por la pintura y la literatura, y así como garabateé muchos papeles con dibujos y caricaturas, escribí cositas. En particular cuando me mandaron lejos de mi pueblo, a La Plata, para seguir el colegio nacional, entonces las largas cartas que escribía a mis hermanos fueron mi aprendizaje literario.
CEAL: ¿Cómo trabaja? ¿Hace planes, esquemas? ¿Escribe de manera regular o por épocas?
S: Soy extremadamente irregular para el trabajo, y pasan períodos muy largos en que todo me parece abominable y en que dejo de escribir. Por otra parte, soy muy destructivo y casi todo lo que realizo lo tiro al canasto y en ocasiones lo quemo. ¿Planes? Sí, muchos, que luego se van alterando a medida que la ficción avanza, forzado por la vida propia que toman los personajes, siempre imprevisibles, al menos para mí. Corrijo mucho, y hay textos que han tenido hasta seis o siete o diez redacciones. Pero hay que tener cuidado con el exceso de corrección porque se puede dañar el material que surge desde la inconsciencia.
CEAL: Se dice que todo escritor tiene sus temas constantes que definen su obra, ¿Cómo definiría usted los suyos?
E. S: Sí, creo que lo único que verdaderamente importa es escribir sobre las obsesiones más profundas que acosan desde los estratos más profundos de la inconsciencia. En cuanto a mis obsesiones, pueden advertirlas todos los lectores.
CEAL: ¿Cuál sería, a su juicio, el lector ideal de su obra?
E. S: Alguien que goce y sufra en los momentos en que yo mismo he gozado y sufrido escribiendo.
CEAL: ¿Con que interés lee lo que la crítica dice sobre sus obras?
E. S: Creo que uno debe ser capaz de escribir lo que siente sin pensar en la crítica. En suma, hay que escribir para los lectores, no para los críticos.
CEAL: ¿En relación con qué autores argentinos o extranjeros piensa usted su propia obra?
E. S: Yo he tratado, simplemente, de escribir lo que me ha atormentado. Pero si se pregunta por influencias, creo que he recibido la influencia de todos los escritores que me apasionaron. La lista la hago al correr de la maquina, no es completa ni nada que se le parezca; los románticos alemanes, los rusos, Thomas Mann, Stendhal, los nórdicos como Strindberg, Faulkner, Proust, Kafka. Y, de aquí, Sarmiento y Roberto Arlt.
CEAL: ¿Cuáles son las cualidades más importantes en un escritor?
E. S: Siento de modo supremo a los creadores que han escritor con fervor, con autenticidad, con fanatismo. Los prefiero a los que producen literatura por deleite verbal, como fue, en cierto modo, Lugones. Los que anteponen la palabra a la intuición poética. Caludel dijo que las palabras no hicieron La Ilíada, sino fue la Ilíada que hizo las palabras (…) opino que en todo gran arte no pueden separarse esos dos términos (“fondo” y “forma”), puesto que el fondo se da inevitablemente formado y la forma es necesariamente contenido. Si el fondo fuera lo decisivo, no se podría comprender cómo con un “argumento” trivial de su tiempo Shakespeare levantaba una gran tragedia. Es precisamente ese principio el que me hace poner en cuarentena una literatura que dé preeminencia a la forma; del mismo modo, aunque a la inversa, que me pongo en guardia contra esas famosas “literaturas de contenido”, como en el caso del realismo socialista y otras actitudes edificantes.
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Publicado el 20 de agosto de 2016.
Tomado de: http://hemilgarcia.blogspot.com.co/2012/03/entrevista-ernesto-sabato.html

Episodio del enemigo - Jorge Luis Borges
Tantos años huyendo y esperando y ahora el enemigo estaba en mi casa. Desde la ventana lo vi subir penosamente por el áspero camino del cerro. Se ayudaba con el bastón que en sus viejas manos no podía ser un arma sino un báculo. Me costó percibir lo que esperaba: el débil golpe contra la puerta. Miré, no sin nostalgia, mis manuscritos, el borrador a medio concluir y el tratado de Artemidoro sobre los sueños, libro un tanto anómalo ahí, ya que no sé griego. Otro día perdido, pensé. Tuve que forcejear con la llave. Temí que el hombre se desplomara, pero dio unos pasos inciertos, soltó el bastón, que no volví a ver, y cayó en mi cama, rendido. Mi ansiedad lo había imaginado muchas veces, pero sólo entonces noté que se parecía, de un modo casi fraternal, al último retrato de Lincoln. Serían las cuatro de la tarde.
Me incliné sobre él para que me oyera.
-Uno cree que los años pasan para uno -le dije-, pero pasan también para los demás. Aquí nos encontramos al fin y lo que antes ocurrió no tiene sentido.
Mientras yo hablaba, se había desabrochado el sobretodo. La mano derecha estaba en el bolsillo del saco. Algo me señalaba y yo sentí que era un revólver.
Entonces me dijo con voz firme:
-Para entrar en su casa, he recurrido a la compasión. Lo tengo ahora a mi merced y no soy misericordioso.
Ensayé unas palabras. No soy un hombre fuerte y sólo las palabras podían salvarme. Atiné a decir:
-En verdad que hace tiempo maltraté a un niño, pero usted ya no es ese niño ni yo aquel insensato. Además, la venganza no es menos vanidosa y ridícula que el perdón.
-Precisamente porque ya no soy aquel niño -me replicó- tengo que matarlo. No se trata de una venganza, sino de un acto de justicia. Sus argumentos, Borges, son meras estratagemas de su terror para que no lo mate. Usted ya no puede hacer nada.
-Puedo hacer una cosa -le contesté.
-¿Cuál? -me preguntó.
-Despertarme.
Y así lo hice.
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Publicado el 22 de agosto de 2016.
Adivino - Jorge Luis Borges
En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será reprobado...
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Publicado el 28 de agosto de 2016.
Fragmento de "El Retrado de Dorian Gray" - Oscar Wilde
"¡Palabras! ¡Simples palabras! ¡Qué terribles son! ¡Qué claras y vivas y crueles! ¡Quién puede escapar de ellas! Y, sin embargo, que magia sutil hay en ellas. Parecen capaces de dar forma plástica a cosas informes y tener una música propia tan dulce como la del violín o la del laúd. ¡simples palabras! Pero ¿hay algo tan real como las palabras?".
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Publicado el 31 de agosto de 2016.
La soledad es una angustia que pesa más que el recuerdo.
El recuerdo es el peso de mil años de ausencia.
La ausencia es un grito que se da en la distancia
y la distancia es un sueño cargado de nostalgia.
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Publicado el 31 de agosto de 2016.
Si fracasé en el intento de tenerte,
no es porque no te amara
o porque al igual que tú
no deseara el vacio.
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Es porque mi risa es hueca
y siempre repite lo mismo…
Deseo el deseo de no comprometerme,
pero sé que no es más que un intento,
un deseo vano y apagado,
que mañana será otra vez lo mismo.
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Publicado el 1 de septiembre de 2016.
Un vacío en el alma, una nave sin calma,
un invierno triste, como compañero el tedio.
Caminar sin rumbo y sin norte, mejor quedarse
quieto como las piedras.
Cambiar mi sensibilidad o mi sinsentido por nada,
jugar sabiendo que siempre se perderá.
Dichosas las piedras, felices los vientos,
aburrida esta espera.
Un amigo inoportuno, una palabra de desaliento.
Mejor esperar y quedarse callado,
escuchar el silencio,
el mejor compañero, el menos incierto.
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Publicado el 2 de septiembre de 2016.
La necesidad de buscarte
se ausenta cada vez más.
Desde la distancia me grita
que siempre retornará.
Que soy incapaz de todo,
de amarte, o incluso de olvidarte.
Me hace muecas que me recuerdan
el encanto de tu sonrisa,
el olor de tu piel y el valor de tus caricias.
Corro tras la necesidad de quererte,
pero como siempre se me escapa.
Me tranquilizo, porque sé que como siempre
la encontraré en todas partes,
En los centros comerciales, en las revistas,
en el cine,
en los recuerdos que no faltan,
en la gente que pasa.
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Publicado el 3 de septiembre de 2016.
Nietzsche - William Ospina
Está muriendo un Dios en el centro de un ópalo del color del
crepúsculo.
Está muriendo una hoja de hierba en el pecho de Cristo.
Está muriendo una rosa en el aire estancado de la catedral de
Maguncia,
traspasada en el aire por una quemante aguja del sol.
Está muriendo una llanura donde retozan embriagados leopardos.
Está muriendo un ángel sobre un glaciar blanquísimo.
Está muriendo un barco lleno de ancianos en una colina del
cielo, en un aire cargado de delfines livianos y azules.
Está muriendo una cúpula bajo el asedio de las mariposas.
Está muriendo un lupanar lujoso y sonoro de besos enfermos.
Está muriendo mi corazón bajo los crueles halcones del olvido
de Lou.
Me estoy borrando en sus pupilas bellas y esperanzadas
como lienzos.
Está muriendo un pájaro en un bosque de nubes.
Está muriendo una lucha glacial bajo mis sábanas de seda.
Algo muy bello está borrándose por las bahías de mi infancia.
Algo muy triste calla en sus violines.
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Publicado el 3 de septiembre de 2016.
Fragmento de "El malestar en la cultura" - Sigmund Freud
"El designio de ser felices que nos impone el principio del placer es irrealizable; mas no por ello se debe –ni se puede- abandonar los esfuerzos por acercarse de cualquier modo a su realización. Al efecto podemos adoptar muy distintos caminos, anteponiendo ya el aspecto positivo de dicho fin –la obtención del placer-, ya su aspecto negativo –la evitación del dolor-. Pero ninguno de estos recursos nos permitirá alcanzar cuanto anhelamos. La felicidad, considerada en el sentido limitado, cuya realización parece posible, es meramente un problema de la economía libidinal de cada individuo. Ninguna regla al respecto vale para todos; cada uno debe buscar por sí mismo la manera en que pueda ser feliz. Su elección del camino a seguir será influida por los más diversos factores. Todo depende de la suma de satisfacción real que pueda esperar del mundo exterior y de la medida en que se incline a independizarse de éste; por fin, también de la fuerza que se atribuya a sí mismo para modificarlo según sus deseos.”
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Publicado el 3 de septiembre de 2016.
La partida - Franz Kafka
Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo mismo, le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta y le pregunté al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada. En el portal me detuvo y preguntó:
-¿Adónde va el patrón?
-No lo sé -le dije- simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la única manera en que puedo alcanzar mi meta.
-¿Así que usted conoce su meta? -preguntó.
-Sí -repliqué- te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta.
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Publicado el 6 de septiembre de 2016.